MIRAR A LOS OJOS DEL MIEDO
Como a menudo sucede con pintores y artistas de cualquier índole, el ser humano se enfrenta a etapas en blanco y negro, momentos de la vida donde los matices apenas vienen representados por un pardo abanico de grises, de claroscuros, de sombras infinitamente alargadas proyectando opacidad donde antes brillaba el resplandor... hasta que llega la oscuridad completa, el desaliento, el abandono, la nada... Es cuando paramos las alas y nos precipitamos al vacío, cuando ni la rabia ni la ira tienen siquiera aliento para manifestarse. Es la desconexión del alma, la mudez del espíritu, el duelo sin cadáver, la parálisis del aliento... Se llama miedo. Si él te ha visitado instalándose en tu casa, cerrando puertas y ventanas para que la penumbra te apague lentamente, lo único que puedes hacer es levantar la cabeza y retarlo con tu mirada, observarás que su poder se alimenta de los pensamientos que residen en tu mente. Ofrecerá resistencia, pero si te mantienes firme sin apartar tus ojos de él, poco a poco sucumbirá a lo inevitable: sentirse abatido y desarmado ante la fuerza de tu tesón. Será el comienzo de tu victoria y el principio de su fin.
By Rosa M. Arroyo.
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