Memoria y aprendizaje
José Javier Notario
Gracias a la Neurociencia sabemos que nuestro cerebro tiene la posibilidad de aprender. El aprendizaje posibilita la neuroplasticidad. Pero no existe aprendizaje si no hay memoria. Por ello, ambas funciones caminan estrechamente unidas. Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) fue el primero en plantear la plasticidad como la base física del aprendizaje y el soporte de la memoria.
La memoria forma parte de la función cognitiva y no es de un único tipo. Atendiendo a sus características conductuales y a las estructuras cerebrales implicadas, se han establecido tres sistemas de memoria: la implícita (MI), la explícita (ME) y la de trabajo (MT).Según Atkinson y Shiffin podemos hablar de “almacenes sensoriales” con capacidad ilimitada de almacenamiento y duración muy breve, “almacenes a corto plazo” , de 1 a 2 minutos y capacidad limitada, (en la que podemos incluir la memoria de trabajo que conlleva atención, focalización e inhibición a ciertos estímulos) y “ almacenes a largo plazo, de capacidad y duración ilimitadas. Esta última podemos subdividirla en “declarativa o explicita” que es consciente y voluntaria y “no declarativa o implícita”, no voluntaria y automática, y esta, a su vez, en condicionamiento, habilidades y priming.
La memoria declarativa o explicita está conformada por nuestros recuerdos personales, nuestras vivencias. Se denomina episódica y se vive una vez. La memoria semántica se refiere a los conocimientos que hemos ido adquiriendo a lo largo de nuestra experiencia y vida. La ME resulta del aprendizaje relacional, una forma de aprendizaje complejo y filogenéticamente nueva, que consiste en analizar, comparar y contrastar diferentes tipos de información. Su adquisición se relaciona con el hipocampo y otras estructuras del lóbulo temporal medial del cerebro, pero su almacenamiento definitivo parece estar situado en diferentes áreas de la corteza cerebral.
La memoria no declarativa, implícita o procedimental es automática y consiste en una serie de estrategias cognitivas que son llevadas a cabo de modo inconsciente y derivada de tipos de aprendizaje básico y filogenéticamente antiguos, como la habituación y la sensibilización, y el aprendizaje motor. Se ha demostrado el importante papel de la amígdala en el procesamiento de la MI ligada a estímulos emocionales.El priming o primado consistiría en aquellos estímulos que percibimos previamente influyen en la respuesta que emitimos con posterioridad.
Es importante señalar el que la memoria codifica, almacena y recupera y que en esta recuperación, nuestra memoria no crea una imagen exacta de la realidad.
A pesar de que existen numerosos estudios que pretenden hallar la localización exacta en el encéfalo,aún no está determinada específicamente su ubicación. Sí es cierto que en ciertos tipos de memoria, como la de trabajo, cumple un papel fundamental el cortéx prefrontal, así como el giro cingulado anterior en la inhibición atencional. Dentro del sistema temporal medial, el hipocampo en la episódica y la amígdala en la atencional. Igualmente, en la episódica, cumple su función el diencéfalo tálamo e hipotálamo). En la motora (no declarativa) son los ganglios basales los que cumplen una importante misión así como en el priming (no declarativa, también) es importante el neocortex.
Un aspecto fundamental de la memoria, de suma importancia, es la facultad que tiene el hombre de olvidar. El olvido, en el que parece que el lóbulo prefrontal tiene gran importancia, es un mecanismo inhibitorio y aumenta la capacidad de la memoria, al eliminar aquella información que no es útil para aprender. Puede ocurrir por:
· Debilitación de la huella de la memoria ( Ebbinghaus) ,
· Por interferencias ( aplicar conceptos del presente al pasado y viceversa) ,
· Por fallos de almacenamiento o
· Por motivación para suprimir de forma consciente o reprimir inconscientemente un recuerdo.
Existe un tipo de olvido cotidiano que si bien no supone una patología, un exceso o repetición de este tipo de amnesia temporal si puede ser un síntoma de una anomalía. Se agrava en la tercera edad y son lapsus normales de memoria que pueden, en ocasiones originarse al cuestionarse un hábito de conducta.
Las paramnesias son distorsiones de la memoria, siendo las más frecuentes el déjà vu y el jamais vu.. El primero, que puede ser experimentado hasta por 2/3 de la población, supone que nuestra memoria tiene la sensación de haber experimentado la situación que se está produciendo, previamente. Es una anomalía del funcionamiento del circuito de la memoria, al igual que el jamais vu, en el que una situación ya vivida se presenta como nueva.
Las falsas memorias, como la memoria de testigo suponen la reconstrucción de recuerdos de forma distorsionada. En este caso, el LPF trabaja con mayor intensidad. Estas reconstrucciones distorsionadas tienen una grave consecuencia sobre la identificación de testigo en delitos, dado que el cerebro reconoce la reconstrucción como realidad fiel, lo que ha llevado a reconocer como autores del delito a personas erróneas debido a una reconstrucción equivocada de las facciones del “culpable” de una forma no consciente.
Alteraciones de la memoria.
Dentro de las psicopatologías de la memoria, la amnesia representa la pérdida total o parcial de la misma. Los estudios sobre esta patología se iniciaron en la década de los 70 del siglo pasado. En estas fechas, en las que nace la Neuropsicología se ahondaron en los estudios sobre el paciente H.M. (un caso clásico de la neurociencia) y aparecieron los trabajos de Warrignton y Weskerantz sobre la amnesia.
La clasificación de la amnesia (aunque existen otras clasificaciones) puede hacerse en base a:
1.- Etiología: orgánica o funcionales, psicológicos o emocionales. Un ejemplo puede ser el estrés postraumático. También una lesión craneal.
Un aspecto fundamental de la memoria, de suma importancia, es la facultad que tiene el hombre de olvidar. El olvido, en el que parece que el lóbulo prefrontal tiene gran importancia, es un mecanismo inhibitorio y aumenta la capacidad de la memoria, al eliminar aquella información que no es útil para aprender. Puede ocurrir por:
· Debilitación de la huella de la memoria ( Ebbinghaus) ,
· Por interferencias ( aplicar conceptos del presente al pasado y viceversa) ,
· Por fallos de almacenamiento o
· Por motivación para suprimir de forma consciente o reprimir inconscientemente un recuerdo.
Existe un tipo de olvido cotidiano que si bien no supone una patología, un exceso o repetición de este tipo de amnesia temporal si puede ser un síntoma de una anomalía. Se agrava en la tercera edad y son lapsus normales de memoria que pueden, en ocasiones originarse al cuestionarse un hábito de conducta.
Las paramnesias son distorsiones de la memoria, siendo las más frecuentes el déjà vu y el jamais vu.. El primero, que puede ser experimentado hasta por 2/3 de la población, supone que nuestra memoria tiene la sensación de haber experimentado la situación que se está produciendo, previamente. Es una anomalía del funcionamiento del circuito de la memoria, al igual que el jamais vu, en el que una situación ya vivida se presenta como nueva.
Las falsas memorias, como la memoria de testigo suponen la reconstrucción de recuerdos de forma distorsionada. En este caso, el LPF trabaja con mayor intensidad. Estas reconstrucciones distorsionadas tienen una grave consecuencia sobre la identificación de testigo en delitos, dado que el cerebro reconoce la reconstrucción como realidad fiel, lo que ha llevado a reconocer como autores del delito a personas erróneas debido a una reconstrucción equivocada de las facciones del “culpable” de una forma no consciente.
Alteraciones de la memoria.
Dentro de las psicopatologías de la memoria, la amnesia representa la pérdida total o parcial de la misma. Los estudios sobre esta patología se iniciaron en la década de los 70 del siglo pasado. En estas fechas, en las que nace la Neuropsicología se ahondaron en los estudios sobre el paciente H.M. (un caso clásico de la neurociencia) y aparecieron los trabajos de Warrignton y Weskerantz sobre la amnesia.
La clasificación de la amnesia (aunque existen otras clasificaciones) puede hacerse en base a:
1.- Etiología: orgánica o funcionales, psicológicos o emocionales. Un ejemplo puede ser el estrés postraumático. También una lesión craneal.
2.- Anatomía: diencefálica, hipocámpica. Como amnesia diencefálica podemos nombrar el síndrome de Korsakoff, producido en los alcohólicos por deficiencia de tiamina, irreversible. Es una amnesia anterógrada y retrógrada en el que son características las confabulaciones. Un caso clásico de la amnesia hipocámpica es el caso H.M.
3.- Cronología: anterógrada, retrógrada. Atendiendo a que los recuerdos sean diluidos anterior o posteriormente a la intervención. Los síntomas que pueden producirse son alteración de la personalidad, apatía, falta de iniciativa, fragilidad emocional. En el caso de la anterógrada (identificada en el fórnix) se manifiesta la imposibilidad de adquirir nuevos aprendizajes y se recuerda el pasado.
4.- Duración: transitoria, permanente. Se manifiesta la amnesia global transitoria, en sujetos sanos y que, al igual que aparece de forma abrupta, desaparece de igual manera. El síndrome amnésico supone una disfunción del lóbulo medial y de estructuras diencefálicas y puede afectar a ambos o a uno de los hemisferios.
Hay que recalcar que la amnesia, aunque esté dentro de la misma tipología, no se manifiesta igual en todos los pacientes, varía en cada sujeto.
Las Hipermnesias son aumentos anormales de la capacidad de memoria. Pueden ser permanentes o breves. Suelen ser selectivas, es decir manifestarlas en determinados campos. Pueden darse en individuos con debilidad mental, o en otros, que sin tener esta última, manifiestan determinada patología, como el caso del síndrome de Asperger. Existen casos, como el de Sheveshevsky en el que el caso de esta hipermnesia viene condicionado por la sinestesia.
Las paramnesias son distorsiones o errores de la memoria, bien del recuerdo, bien del reconocimiento. Entre ellas podemos nombrar la amnesia disociativa o los TT. De identidad.
Los factores que pueden causar amnesia: Anoxia, encefalitis herpética, accidentes cardiovasculares, fármacos y drogas, alcoholismo, epilepsia, terapias electro convulsivas o tras producirse alguna lesión quirúrgica.
Cómo podemos mejorar nuestra memoria.
Para abordar este tema es necesario tener muy en cuenta el concepto de neuroplasticidad cerebral, Entendiendo la memoria como una habilidad y la facultad del cerebro de crear nuevas redes neuronales entendemos que la memoria puede ejercitarse.
Para poder mejorarla el procedimiento inicial es evaluar el estado actual, intervenir y entrenar y, por último, reevaluar.
Como primera fase de evaluación, para que esta sea coherente, es necesario establecer unos parámetros como: objetivos (para qué evaluamos), de población a la que va dirigida (clínica, niños, adultos, etc.), instrumentos o medios que utilizaremos ( pruebas, test, baterías neuropsicológicas,..) y, por descontado, el profesional que evaluará.
La siguiente fase, la de intervención, llevará parámetros similares. Una vez determinados objetivos y target, aplicaremos los instrumentos adecuados que serán dirigidos y evaluados por un profesional.
Entre las pruebas para evaluación destacaremos:
Pruebas de recuerdo y reconocimiento., con rostros, potenciadoras de los sentidos, etc.
Para evaluación de memoria implícita, por ejemplo los primings semánticos. Para la memoria de trabajo (en la que predominan los estímulos espaciales) los Bloques de Corsi, la “Figura de Rey” (aplicable a la memoria, los procesos atencionales y perceptivos), los puzles y los N-backs, entre otros.
Las evaluaciones mediante test pueden ser de índole subjetivos (tipo escala de Likert) y objetivos como los test de cribado (screening) o las baterías neuropsicológicas como, por ejemplo, el Rivermaid (RBMT) muy útil para evaluar la vida cotidiana, el CAMCOG, el WAIS o el programa del Dr. Peña Casanova.
En cuanto a la intervención es destacable el uso de la cafeína como estimulante y aquellos fármacos que estimulen la acetilcolina o la dopamina.
Como ayudas externas en la intervención, pueden utilizarse odos aquellos elementos como carteles, educación adaptada, nuevas tecnologías que ayuden a potenciar la memoria, etc.
Como intervención conductual se aplican diversos métodos para ello como el método Loci que asocia imágenes mentales a un contexto espacial reconocible, asociaciones visuales, asociaciones concepto-imagen, repetición elaborativa, centralización y para favorecer la memoria prospectiva, por ejemplo, la técnica de formación de intenciones.
Existen, además, otros procesos que pueden favorecer el ejercicio de memoria como el PQRST o entrenamientos como el Brain Training ( no totalmente demostrado) o, simplemente el ejercicio físico, en especial el aeróbico.
Conocido el mecanismo de la memoria y sus alteraciones podemos abordar el aprendizaje.
Para que se produzca un aprendizaje es imprescindible la atención. El aprendizaje cognitivo-ejecutivo (ver cuadro) supone cuatro fases. El psicólogo Albert Bandura estableció cuatro fases:
1. No sé que no sé (Incompetencia Inconsciente)
2. Sé que no sé (Incompetencia consciente)
3. Sé que sé ( Competencia Consciente)
4. No sé que sé (Competencia Inconsciente)
Sin embargo, desde la Neurosicoeducación podemos añadir otras más-.
1. Inconsciente no capacitado
2. Consciente no capacitado
Tendríamos en cuenta
3. Búsqueda del conocimiento
4. Zona del aprendizaje teórico
5. La confusión (debida a múltiples causas). Es el estado en el que el conocimiento no está aún afianzado por esas causas.
6. Consciente capacitado. “Sé que sé” que correspondería al tercer punto de Bandura.
Tras las etapas de entrenamiento y práctica ( en frío y en caliente) llegaríamos a la automatización del conocimiento: “No sé que sé”.
En un proceso de aprendizaje hemos de conseguir, inicialmente y de forma continua durante el mismo, la activación del Sistema de Activación Reticular Ascendente (SARA) situado en el tronco del cerebelo. Ha de ser algo que, de alguna manera le llame la atención y en eso juega un papel fundamental la motivación, el deseo de aprender. El saber que no sé y desear saber activa el SARA ante aquellos estímulos que pueden dirigirnos a ese fin. Esta activación por medio de la motivación origina la emisión de neurotransmisores que activarán la atención y ayudarán a fijar la memoria. El objetivo es activar los LPF e integrar la información de tal forma que la memoria evolucione desde la de corto a intermedio y largo plazo.
Es por todo ello, conociendo el mecanismo de la memoria y los tipos de aprendizaje que facilitan la fijación en aquella, que debemos utilizar todos los recursos disponibles como docente para hacer del aprendizaje una experiencia en la que lo cognitivo-ejecutivo esté apoyado suficientemente por el aprendizaje emocional y motor. Para ello, el conocimiento de los circuitos emocionales y cognitivos del cerebro, constituye una herramienta altamente eficaz para tal fin.
El aprendizaje, según el tipo tendrá unas características que incidirán de distinta forma en el sistema de memoria del cerebro.
Asi, el aprendizaje emocional o implícito ( no requiere esfuerzo memorístico) será fácil de recordar y difícil de olvidar y el explícito cognitivo al contrario, fácil de olvidar y difícil de recordar.
3.- Cronología: anterógrada, retrógrada. Atendiendo a que los recuerdos sean diluidos anterior o posteriormente a la intervención. Los síntomas que pueden producirse son alteración de la personalidad, apatía, falta de iniciativa, fragilidad emocional. En el caso de la anterógrada (identificada en el fórnix) se manifiesta la imposibilidad de adquirir nuevos aprendizajes y se recuerda el pasado.
4.- Duración: transitoria, permanente. Se manifiesta la amnesia global transitoria, en sujetos sanos y que, al igual que aparece de forma abrupta, desaparece de igual manera. El síndrome amnésico supone una disfunción del lóbulo medial y de estructuras diencefálicas y puede afectar a ambos o a uno de los hemisferios.
Hay que recalcar que la amnesia, aunque esté dentro de la misma tipología, no se manifiesta igual en todos los pacientes, varía en cada sujeto.
Las Hipermnesias son aumentos anormales de la capacidad de memoria. Pueden ser permanentes o breves. Suelen ser selectivas, es decir manifestarlas en determinados campos. Pueden darse en individuos con debilidad mental, o en otros, que sin tener esta última, manifiestan determinada patología, como el caso del síndrome de Asperger. Existen casos, como el de Sheveshevsky en el que el caso de esta hipermnesia viene condicionado por la sinestesia.
Las paramnesias son distorsiones o errores de la memoria, bien del recuerdo, bien del reconocimiento. Entre ellas podemos nombrar la amnesia disociativa o los TT. De identidad.
Los factores que pueden causar amnesia: Anoxia, encefalitis herpética, accidentes cardiovasculares, fármacos y drogas, alcoholismo, epilepsia, terapias electro convulsivas o tras producirse alguna lesión quirúrgica.
Cómo podemos mejorar nuestra memoria.
Para abordar este tema es necesario tener muy en cuenta el concepto de neuroplasticidad cerebral, Entendiendo la memoria como una habilidad y la facultad del cerebro de crear nuevas redes neuronales entendemos que la memoria puede ejercitarse.
Para poder mejorarla el procedimiento inicial es evaluar el estado actual, intervenir y entrenar y, por último, reevaluar.
Como primera fase de evaluación, para que esta sea coherente, es necesario establecer unos parámetros como: objetivos (para qué evaluamos), de población a la que va dirigida (clínica, niños, adultos, etc.), instrumentos o medios que utilizaremos ( pruebas, test, baterías neuropsicológicas,..) y, por descontado, el profesional que evaluará.
La siguiente fase, la de intervención, llevará parámetros similares. Una vez determinados objetivos y target, aplicaremos los instrumentos adecuados que serán dirigidos y evaluados por un profesional.
Entre las pruebas para evaluación destacaremos:
Pruebas de recuerdo y reconocimiento., con rostros, potenciadoras de los sentidos, etc.
Para evaluación de memoria implícita, por ejemplo los primings semánticos. Para la memoria de trabajo (en la que predominan los estímulos espaciales) los Bloques de Corsi, la “Figura de Rey” (aplicable a la memoria, los procesos atencionales y perceptivos), los puzles y los N-backs, entre otros.
Las evaluaciones mediante test pueden ser de índole subjetivos (tipo escala de Likert) y objetivos como los test de cribado (screening) o las baterías neuropsicológicas como, por ejemplo, el Rivermaid (RBMT) muy útil para evaluar la vida cotidiana, el CAMCOG, el WAIS o el programa del Dr. Peña Casanova.
En cuanto a la intervención es destacable el uso de la cafeína como estimulante y aquellos fármacos que estimulen la acetilcolina o la dopamina.
Como ayudas externas en la intervención, pueden utilizarse odos aquellos elementos como carteles, educación adaptada, nuevas tecnologías que ayuden a potenciar la memoria, etc.
Como intervención conductual se aplican diversos métodos para ello como el método Loci que asocia imágenes mentales a un contexto espacial reconocible, asociaciones visuales, asociaciones concepto-imagen, repetición elaborativa, centralización y para favorecer la memoria prospectiva, por ejemplo, la técnica de formación de intenciones.
Existen, además, otros procesos que pueden favorecer el ejercicio de memoria como el PQRST o entrenamientos como el Brain Training ( no totalmente demostrado) o, simplemente el ejercicio físico, en especial el aeróbico.
Conocido el mecanismo de la memoria y sus alteraciones podemos abordar el aprendizaje.
Para que se produzca un aprendizaje es imprescindible la atención. El aprendizaje cognitivo-ejecutivo (ver cuadro) supone cuatro fases. El psicólogo Albert Bandura estableció cuatro fases:
1. No sé que no sé (Incompetencia Inconsciente)
2. Sé que no sé (Incompetencia consciente)
3. Sé que sé ( Competencia Consciente)
4. No sé que sé (Competencia Inconsciente)
Sin embargo, desde la Neurosicoeducación podemos añadir otras más-.
1. Inconsciente no capacitado
2. Consciente no capacitado
Tendríamos en cuenta
3. Búsqueda del conocimiento
4. Zona del aprendizaje teórico
5. La confusión (debida a múltiples causas). Es el estado en el que el conocimiento no está aún afianzado por esas causas.
6. Consciente capacitado. “Sé que sé” que correspondería al tercer punto de Bandura.
Tras las etapas de entrenamiento y práctica ( en frío y en caliente) llegaríamos a la automatización del conocimiento: “No sé que sé”.
En un proceso de aprendizaje hemos de conseguir, inicialmente y de forma continua durante el mismo, la activación del Sistema de Activación Reticular Ascendente (SARA) situado en el tronco del cerebelo. Ha de ser algo que, de alguna manera le llame la atención y en eso juega un papel fundamental la motivación, el deseo de aprender. El saber que no sé y desear saber activa el SARA ante aquellos estímulos que pueden dirigirnos a ese fin. Esta activación por medio de la motivación origina la emisión de neurotransmisores que activarán la atención y ayudarán a fijar la memoria. El objetivo es activar los LPF e integrar la información de tal forma que la memoria evolucione desde la de corto a intermedio y largo plazo.
Es por todo ello, conociendo el mecanismo de la memoria y los tipos de aprendizaje que facilitan la fijación en aquella, que debemos utilizar todos los recursos disponibles como docente para hacer del aprendizaje una experiencia en la que lo cognitivo-ejecutivo esté apoyado suficientemente por el aprendizaje emocional y motor. Para ello, el conocimiento de los circuitos emocionales y cognitivos del cerebro, constituye una herramienta altamente eficaz para tal fin.
El aprendizaje, según el tipo tendrá unas características que incidirán de distinta forma en el sistema de memoria del cerebro.
Asi, el aprendizaje emocional o implícito ( no requiere esfuerzo memorístico) será fácil de recordar y difícil de olvidar y el explícito cognitivo al contrario, fácil de olvidar y difícil de recordar.
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